Debo confesarlo; uno de mis placeres culpables, es: me encanta ver la TV. Me gusta instalarme en mi sillón y hacer zapping* sin tregua alguna, hasta que la ruleta de la programación y mi dedo coinciden en un programa ganador, digno de ser visto.
Confieso que veo la TV a pesar de las severas recomendaciones y alertas de psicólogos, psiquiatras y otros especialistas cuyas profesiones comienzan con p; sin embargo, hacer esta confesión me ocasiona algún embarazo. Ciertamente a mi edad ya no debería avergonzarme al momento de confesar mis gustos; como cuando era adolescente y confesé abiertamente mi preferencia por las camisas hawaianas; el problema de que me guste tanto ver la TV, el problema con este gusto culpable, a diferencia de otros gustos culpables, es que éste es unánimemente considerado como deleznable: circulan constantemente imágenes de gordos gelatinosos hundidos en lo más recóndito de su sillón, comiendo papas y cambiando compulsivamente el canal, pero sin apartar jamás un segundo la mirada de la hipnótica pantalla. Ser adicto a la TV definitivamente tiene mala prensa.
Otros gustos culpables, incluso otros vicios,- aunque criticables-, no dejan de tener su lado amable, y hasta presumible: "¡Oh, si, no puedo dejar de salir a antrear* cada fin de semana!"; "Me compré 300 pares de zapatos el año pasado, y voy por más"; "Sí; he tenido ya 56 parejas sentimentales, incluídas dos gemelas y tres primas".
Pero ver TV no parece tener defensa. No es sexy.
Sin embargo, me gusta, y sólo puedo decir que la TV me provee de momentos de esparcimiento y relax, y sólo eso: no es -no puede, no debe ser para nadie- mi principal medio de información, aunque sí que es buen motivo de distracción; y a veces hasta motiva a la reflexión, todo dependendiendo del canal que uno sintonice. Toda información, toda lectura, toda película, incluso un programa de TV puede traer algo bueno... lo importante es siempre tener una actitud crítica, porque, recordemos: no hay palabras inocentes.
Así, es, creo firmemente que en la pude TV haber cosas buenas y hasta provechosas; al fin de cuentas, pienso que estamos en un mundo tal que ni la diabólica televisión es totalmente mala y ni aún los angélicos libros son todos completamente buenos; de todo hay, lo importante es no excederse ni dejarse dominar. Y dicho eso, me voy, pues ya va a empezar mad men ;)
Glosario:
zapping: Tomar el control remoto y cambiar constantemente de canal la TV
América: El club de futbol soccer más odiado, querido y polémico de la liga mexicana.
antrear: Salir de antro, ir a un bar, discoteca, o cualesquier otro lugar con música y bebida.
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Familia de los 50s viendo la TV |
Confieso que veo la TV a pesar de las severas recomendaciones y alertas de psicólogos, psiquiatras y otros especialistas cuyas profesiones comienzan con p; sin embargo, hacer esta confesión me ocasiona algún embarazo. Ciertamente a mi edad ya no debería avergonzarme al momento de confesar mis gustos; como cuando era adolescente y confesé abiertamente mi preferencia por las camisas hawaianas; el problema de que me guste tanto ver la TV, el problema con este gusto culpable, a diferencia de otros gustos culpables, es que éste es unánimemente considerado como deleznable: circulan constantemente imágenes de gordos gelatinosos hundidos en lo más recóndito de su sillón, comiendo papas y cambiando compulsivamente el canal, pero sin apartar jamás un segundo la mirada de la hipnótica pantalla. Ser adicto a la TV definitivamente tiene mala prensa.
Otros gustos culpables, incluso otros vicios,- aunque criticables-, no dejan de tener su lado amable, y hasta presumible: "¡Oh, si, no puedo dejar de salir a antrear* cada fin de semana!"; "Me compré 300 pares de zapatos el año pasado, y voy por más"; "Sí; he tenido ya 56 parejas sentimentales, incluídas dos gemelas y tres primas".
Pero ver TV no parece tener defensa. No es sexy.
Sin embargo, me gusta, y sólo puedo decir que la TV me provee de momentos de esparcimiento y relax, y sólo eso: no es -no puede, no debe ser para nadie- mi principal medio de información, aunque sí que es buen motivo de distracción; y a veces hasta motiva a la reflexión, todo dependendiendo del canal que uno sintonice. Toda información, toda lectura, toda película, incluso un programa de TV puede traer algo bueno... lo importante es siempre tener una actitud crítica, porque, recordemos: no hay palabras inocentes.
Así, es, creo firmemente que en la pude TV haber cosas buenas y hasta provechosas; al fin de cuentas, pienso que estamos en un mundo tal que ni la diabólica televisión es totalmente mala y ni aún los angélicos libros son todos completamente buenos; de todo hay, lo importante es no excederse ni dejarse dominar. Y dicho eso, me voy, pues ya va a empezar mad men ;)
Glosario:
zapping: Tomar el control remoto y cambiar constantemente de canal la TV
América: El club de futbol soccer más odiado, querido y polémico de la liga mexicana.
antrear: Salir de antro, ir a un bar, discoteca, o cualesquier otro lugar con música y bebida.