Muchos han leído el más grande libro de todos los tiempos.
Aunque la mayoría no lo han leído en verdad.
Para ubicarnos, les contaré el principio:
De algún modo u otro, todos conocemos la historia de Las mil y una noches desde siempre: abundan las películas, libros y videos infantiles que la refieren. Salvo que la historia original de Las mil y una noches -de la cual sólo vimos una pequeña muestra- dista mucho de ser apropiada para el público infantil: tiene tantas descripciones lúbricas y francamente sexuales que cualquier conservador, pudoroso y recatado miembro de la sociedad perfectamente podría considerarlo pornográfico; aunque para ser justos también cualquier liberal, impúdico y lujurioso miembro de la sociedad perfectamente podría considerarlo pornográfico; y en efecto, Las mil y una noches sería una simple colección de ingeniosas procacidades excepto porque también contiene un tono espiritual excepcional, y un estilo magnífico.
Una de sus máximas maravillas es su forma de muñecas matrioskas: Los personajes de un relato comienzan a narrar otro relato, cuyos personajes comienzan a narrar otro relato, cuyos personajes cuentan también otro relato, cuyos personajes... Es decir, es una historia dentro de otra historia, dentro de otra, dentro de otra...
Estilo que ha sido imitado a lo largo de los siglos, por grandes contadores de historias, como en el Quijote o en Pulp Fiction.
Si es un lector que guste del placer y el disfrute -en el sentido que sea-, éste es su libro. Sólo omita acudir a las torpes versiones compediadas y censuradas; entre las que se encuentra incluso mi anterior relato, que es un resumen abreviado aunque no censurado. No se desanime; vale la pena buscar una versión original;éstas generalmente son dos y hasta tres volúmenes más bien gruesos.
El acto de encontrar al fin el libro -incluso el hecho mismo de buscarlo- es una historia semejante a un cuento de las mismas mil y una noches: es como encontrar de repente, inesperadamente, una lámpara, cuyo genio nos depara sutiles e infinitos goces.
Aunque la mayoría no lo han leído en verdad.
Para ubicarnos, les contaré el principio:
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Cuentan, -pero Alá es más sabio, más prudente, más fuerte y más caritativo- que ... |
En tiempos pasados y épocas remotas hubo entre las islas de la China y de la India un gran rey que tenía dos hijos, Schahriar y Schahzamán; ambos eran extraordinarios jinetes, arqueros y guerreros. Cuando murió el rey, la mitad del reino fue para un hermano y la mitad para el otro. Al paso de los años, uno de los hermanos, Schahzamán deseó ver a su otro hermano, y se aprestó a viajar al reino vecino. Así, el rey y su comitiva emprenden el viaje hacia el reino de el hermano. Pero a la medianoche, Schahzamán recuerda que olvidó algo, y regresa a palacio. Al entrar a sus aposentos, se encuentra a su mujer en la cama con un esclavo. Los decapita a ambos, y reemprende el viaje. Sus pensamientos son oscuros, "Soy el más miserable de los hombres, pues aunque me hago llamar rey, mi esposa se revuelca en la cama con el más miserable de mis esclavos, negro entre los negros".
Al llegar donde su hermano, Schahriar, éste se alegró hasta el colmo de la alegría, y dispuso siete días seguidos de fiesta en honor a Schahzamán. Pero debido al pensamiento de su esposa, éste se mostraba triste y desmejorado en los banquetes y las fiestas. Schahriar lo notaba, pero creyendo que se trataba de melancolía por haber dejado su tierra, así que por prudencia, no le preguntó por su estado de ánimo.
Tratando de alegrarlo, Schahriar le invitó a cazar. Su hermano declinó la invitación, y Schahriar salió solo a cazar.
Intentando distraerse, el triste Schahzamán salió al balcón que daba al jardín, y vio que de repente llegaba a éste un singular contingente: la esposa de su hermano Schahriar, en todo el esplendor de su hermosura, seguida de doce sus doncellas y doce de sus esclavos llegó al estanque seguramente para bañarse.
Schahzamán se ocultó y siguió viendo lo que sucedía. A una señal de la reina, las doncellas, los esclavos y ella misma se despojaron de la ropa. Entonces ella exclamó: "¡Massaud!" Y un esclavo negro se acercó a ella, y la tendió en el suelo para gozarla. Todos los demás se les unieron, y pasaron el resto de la tarde en juegos semejantes. Schahzamán pensó: "¡Vaya! No soy tan desafortunado; pues mientras mi esposa me engañaba con un esclavo, la esposa de mi hermano lo engaña con todos los esclavos". Y pensando eso, a partir de entonces dejó su tristeza y se puso contento y sonriente.
Cuando Schahriar regresó de la cacería, observó que esta vez durante el banquete su hermano estaba por primera vez alegre y de buen talante.
Ya no pudo contener su curiosidad, y le preguntó a su hermano la causa por la cual estaba primero tan triste y amarillo para luego recuperar los colores y la sonrisa.
-Hermano-dijo Schahzamán- Te puedo decir porqué estaba triste, pero me dispensarás de decirte porqué después me puse contento.
-Para entendernos, dime primero porqué estabas desmejorado y triste-contestó Schahriar
Entonces Schahzamán le explicó cómo a la mitad del viaje hacia el reino de su hermano recordó que había dejado la joya que pensaba regalarle, volvió por ella, y cómo encontró a su esposa.
-Eso es terrible -dijo Schahriar- y explica tu anterior tristeza. Pero... ¿Cuál es la causa de que recobraras la alegría y la salud?
-De eso no me preguntes, no te lo puedo decir-
-Te insto a que me digas -insistió Schahriar
Y Schahzamán le contó lo que vió desde el balcón.
-Ante todo, es preciso verlo con mis ojos- Dijo Schahriar. Entonces anunció que se iría al día siguiente de cacería; pero en realidad se escondió con su hermano en el balcón, aguardando. Y a la misma hora del día anterior, salió su esposa al jardín con sus esclavos y doncellas y sucedió todo tal cual le contara su hermano.
Entonces Schahriar, desesperado hasta el colmo de la desesperación, le dijo a su hermano:
-Soy el más miserable de los hombres, pues me hago llamar rey, pero esposa se revuelca con todos los esclavos. Propongo que tomemos estos caballos y marchemos, pues nada en común tendremos con la realeza si no encontramos a otro más desdichado que nosotros; en caso contrario, sería preferible morir.
Y los hermanos tomaron sus caballos y cabalgaron durante dos días y dos noches; hasta que llegaron a la orilla de un mar, y se detuvieron a descansar.
Estaban comenzando a dormir, cuando de el mar surgió un enorme remolino que creció hasta las nubes. Ellos corrieron despavoridos a esconderse a una palmera. Desde ahí pudieron ver cómo del remolino surgía un horrible y poderoso efrit (un genio) con un arca en los hombros.
El efrit puso el arca sobre la playa, y después de abrir sus candados, extrajo de él una cofre; de la cual sacó una caja y de ella salió una mujer, hermosa entre las hermosas.
El efrit le dijo a la mujer que iba a descansar. La mujer se sentó para que el efrit recargara la cabeza en su regazo, y comenzó a dormir.
Al poco, ella notó a los dos hermanos, y con señas, les dijo que bajaran. Ambos se negaron, por temor al efrit. Pero ella insistió, dándoles a entender que los acusaría con el efrit de que estaban espiando.
Al fin bajaron, y ella les dijo:
-Ahora traspasadme con vuestras lanzas
Ellos se negaron, sabiendo que el efrit podría despertar; pero ella les obligó:
-Si no lo hacen, le diré al efrit que me han estado molestando, y os matará. Ahora, traspasadme con vuestras lanzas, y dejaos de ambajes.
Ellos hicieron los que les pedía; y por turnos, ambos jinetes cabalgaron tan insólita montura. Cuando los hubo agotado, ella se puso de pie y tomó de su cinturón un saquito, del que sacó un collar formado por quinientos veinte anillos, y les preguntó a los hermanos.
-¿Sabéis lo que es esto?
-Lo ignoramos
-Los propietarios de estos anillos me han poseído ante los cuernos insensibles de este efrit. Ahora, dadme los vuestros
Ellos le dieron sus anillos, y ella los agregó a su collar. Entonces les dijo:
-Han de saber que este efrit me raptó el día de mi boda, me escondió en un arca que cerró con siete candados y lo puso en el fondo del mar, en donde las olas se combaten, para que nadie más pudiera tocarme. Pero ignora que cuando una mujer desea algo, no hay quien la venza.
Los hermanos se dijeron:
-Pues si a este efrit, a pesar de todo su poderío, le han ocurrido cosas peores que a nosotros, esta aventura debe de consolarnos.
Y despidiéndose de la muchacha, regresaron a sus respectivos reinos.
Cuando Schahriar regresó a su palacio, mandó ejecutar a su esposa y a todos los sirvientes; y despechado, ordenó a su visir que a partir de entonces le llevara una mujer nueva cada día para casarse con ella; y para que no tuvieran oportunidad de engañarlo, las ejecuta al amanecer.
La medida es terrible, y el miedo se apodera del reino, hasta que la joven hija del propio visir, famosamente llamada Sherezada, se ofrece a ser la esposa del rey de ese día.
El visir trató de disuadirla, pues sabe que significará su muerte, pero ella insistió, y fué llevada ante el rey.
El rey Schahriar se alegró al verla, pues Sherezada era la suma de las bellezas, y la tomó como esposa. El visir se despidió con lágrimas en los ojos de su hija, pues estaba seguro que sería la última vez que la vería con vida.
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Sherezada era la suma de las bellezas |
La joven fue conducida al aposento del rey, y cuándo éste se acercó a Sherezada, ésta rompió a llorar. Schahriar le preguntó.
-¿Pero qué te sucede, hija mía?
-¡Oh, poderoso rey! Desearía poder despedirme de mi hermana menor.
Y la hermana de Sherezada, Doniazada, fue conducida al aposento real.
Cuando al fin Doniazada estuvo en la habitación, el rey tomo entre sus brazos a Sherezada y le arrebató la virginidad. Luego comenzaron a hablar. Doniazada entonces rogó:
-¡Oh, hermana! ¡Cuéntanos una historia que nos ayude a pasar la noche!
-De buena gana, y para complacerte; y siempre y cuando un rey tan generoso y dotado de buenos modales me lo permita.
El rey, que no tenúa sueño, accedió de buen grado a escuchar el relato, y Sherezada comenzó:
-He llegado a saber, ¡Oh rey dichoso! que hubo un mercader entre los mercaderes , dueño de numerosas riquezas y negocios comerciales por todo el mundo.
Cierto día montó a caballo y salió a visitar ciertos lugares donde le reclamaban sus asuntos...
...Sherezada continuó el relato, disfrutable y emocionante; pero la sorprendió la hora fatal de la mañana sin poderlo concluír, y calló discretamente.
El rey entonces pensó:
-¡Por Alá, que no la mataré hasta no conocer la continuación de la historia!
Y la dejó vivir.
Cada noche, Sherezada retomaba el relato de la noche anterior, y cada noche dejaba inconcluso el nuevo. Y el rey la dejaba vivir cada noche esperando la continuación, hasta que pasaron... 1000 y una noches.
Al final, Sherezada es perdonada, y el rey dejó de tomar nuevas esposas, siendo salvadas las hijas del reino por la astucia y sabiduría de la valiente Sherezada, y convirtiendo al rey en el más sabio, generoso, y amado que jamás se recordara.
De algún modo u otro, todos conocemos la historia de Las mil y una noches desde siempre: abundan las películas, libros y videos infantiles que la refieren. Salvo que la historia original de Las mil y una noches -de la cual sólo vimos una pequeña muestra- dista mucho de ser apropiada para el público infantil: tiene tantas descripciones lúbricas y francamente sexuales que cualquier conservador, pudoroso y recatado miembro de la sociedad perfectamente podría considerarlo pornográfico; aunque para ser justos también cualquier liberal, impúdico y lujurioso miembro de la sociedad perfectamente podría considerarlo pornográfico; y en efecto, Las mil y una noches sería una simple colección de ingeniosas procacidades excepto porque también contiene un tono espiritual excepcional, y un estilo magnífico.
Una de sus máximas maravillas es su forma de muñecas matrioskas: Los personajes de un relato comienzan a narrar otro relato, cuyos personajes comienzan a narrar otro relato, cuyos personajes cuentan también otro relato, cuyos personajes... Es decir, es una historia dentro de otra historia, dentro de otra, dentro de otra...
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Muñecas matrioskas |
Estilo que ha sido imitado a lo largo de los siglos, por grandes contadores de historias, como en el Quijote o en Pulp Fiction.
Si es un lector que guste del placer y el disfrute -en el sentido que sea-, éste es su libro. Sólo omita acudir a las torpes versiones compediadas y censuradas; entre las que se encuentra incluso mi anterior relato, que es un resumen abreviado aunque no censurado. No se desanime; vale la pena buscar una versión original;éstas generalmente son dos y hasta tres volúmenes más bien gruesos.
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Eviten las "antologías" de Las Mil y una noches. Son más bien descuartizamientos de la obra. |
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Ejemplo de una edición completa de las Mil y una Noches. |
El acto de encontrar al fin el libro -incluso el hecho mismo de buscarlo- es una historia semejante a un cuento de las mismas mil y una noches: es como encontrar de repente, inesperadamente, una lámpara, cuyo genio nos depara sutiles e infinitos goces.