Como decía el afamado y ceñudo doctor House, “Todos mienten”; eso es verdad; pero hay personas tan acostumbradas a hacerlo, que puede parecer difícil captarlas en la mentira. Sin embargo, expertos y psicólogos saben de ciertas señales que se emiten inconscientemente al mentir, y que pueden permitirnos cachar al mentiroso; estas son las 10 maneras fáciles de reconocer a un mentiroso. (¡Y sin estudiar medicina!)
1. Contacto visual inusual.
La persona que miente o no hace contacto visual, o hace demasiado contacto visual: cuando una persona miente puede sentir que al mirarla están escudriñando en sus ojos para averiguar la verdad, y por lo tanto, evita el contacto visual directo, desviando la mirada al suelo o lejos de los ojos de su interlocutor. O también hay quienes, al contrario, hacen contacto visual en demasía, prácticamente sin retirar nunca la vista , para darle mayor credibilidad a su mentira.
2. Sin abreviaciones
El mentiroso evita el uso de abreviaciones al hablar; dice “Yo-no-defraudé-jamás-a-la-República-Mexicana” En vez de: “No le robé a México”; o “Yo-nunca-he-tenido-relaciones-sexuales-con-la-señora-Luisa-Duarte-Obregón” en vez de “No tuve sexo con Luisa Duarte”. Es un intento del mentiroso de dejar absolutamente claro lo que quieren decir, pero vuelven su historia menos creíble.
3. Insusual lenguaje corporal
Los mentirosos suelen inquietarse, alejarse de la persona con la que están hablando, parpadear rápidamente, sonreír menos, y tener cambios en su tono normal de voz. Pueden cruzarse de brazos, lo que es un mensaje inconsciente de estar “cerrado”, de no permitir el paso de información. La inquietud puede ser excesiva, y reflejarse especialmente en una parte de su cuerpo, tocando en demasía partes de su cara, la oreja o la nariza, o bien con algún objeto, como las llaves.
4. Información no solicitada.
El mentiroso tiende a proporcionar información adicional que no le fue pedida. Eso es porque creen que embelleciendo la historia, ésta será más creíble; pero en realidad terminan haciendo la historia más complicada y menos creíble. Así, mientras más elaborada sea una historia, más probablemente ésta sea falsa.
5. A la defensiva.
Las personas que mienten tienden a ponerse a la defensiva; harán todo lo posible por alejar la atención de sí mismos, y se enojarán (o fingirán hacerlo) de que se cuestione su inocencia. Las personas que están diciendo la verdad tienden a tomar el camino contrario y pasan a la ofensiva. Esto será evidente cuando al tratar de tener una conversación con otra persona, ésta intente usar tácticas dilatorias, mediante preguntas como “¿De dónde sacaste esa información?” Para tratar de desviar la conversación, o hacer tiempo y armar una historia convincente.
6. Exagerar las minucias.
La persona que miente tiende a exagerar los detalles insignificantes, y a minimizar o de plano evitar los importantes. Los detalles exagerados proporcionan cierta confianza al mentiroso, pero en la persona que está escuchando surge la sensación de que algo está definitivamente mal. Aunque esto puede hacer la mentira más fácil de reconocer, anotando los detalles para después hacer preguntas sobre los detalles y ver si siguen siendo los mismos.
7. Los ojos
Cuando una persona está recordando algo, mueve los ojos hacia arriba y a la izquierda, (si es diestra). Si están creando, es decir, inventando una mentira, moverán sus ojos arriba y a la derecha. Los zurdos tienen movimientos similares, pero al revés. Los mentirosos además tienden a parpadear rápidamente cuando mienten, o a frotarse los ojos. Los párpados también se cierran un poco más que en un parpadeo normal cuando oye o ve algo que no le gusta. Todos esos movimientos indican una búsqueda inconsciente de bloquear la verdad.
8. Sudor.
Por los nervios, algunas personas sudan más cuando están mintiendo. Sin embargo, hay personas que simplemente por el calor o por su timidez sudan, aún cuando estén diciendo la verdad; y hay mentirosos tan acostumbrados a engañar, que no sudarán una sola gota.
9. Micro expresiones.
El verdadero aspecto de las expresiones de una persona se muestra rápidamente al inicio de la conversación. Al avanzar ésta, y cuando se tocan temas incómodos, surgirán brevísimos cambios en la expresión, que son muy reveladores: puede ser una media sonrisa que dura sólo un segundo, o una mirada de preocupación igual de breve. Estas son llamadas micro expresiones, y a menudo son captadas inconscientemente por la gente atenta, quienes entonces logran saber que se les está mintiendo, aunque no saben a ciencia cierta cómo lo supieron; y simplemente se lo atribuyen a “una corazonada”.
10. Pida que le repitan la historia.
Es una táctica de policía de TV, pero funciona: Pídale al mentiroso que repita su historia de nuevo; cuando se fabrica una historia puede ser muy difícil recordar con exactitud todos los detalles que se dieron la primera vez; mientras más contradicciones haya, mayor posibilidad de que se trate de una mentira. También es un gran indicio cuando la persona se muestra incómoda y preocupada por qué te va a decir cuando tenga que repetir su mentira.
En general, la mayoría de las veces es fácil saber cuando alguien te está mintiendo porque lo sientes, y sabes que la persona no es cien por ciento veraz. Si además comienzas a ver más de cerca el comportamiento y los movimientos de una persona, comenzarás a notar cosas con mucha más facilidad. Claro, los anteriores puntos sirven para la vida común; en el caso particular de los políticos, la detección de mentiras es aún más fácil: cuando un político abre la boca; no lo dudes: o va a comer, o va a decir una mentira.
1. Contacto visual inusual.
La persona que miente o no hace contacto visual, o hace demasiado contacto visual: cuando una persona miente puede sentir que al mirarla están escudriñando en sus ojos para averiguar la verdad, y por lo tanto, evita el contacto visual directo, desviando la mirada al suelo o lejos de los ojos de su interlocutor. O también hay quienes, al contrario, hacen contacto visual en demasía, prácticamente sin retirar nunca la vista , para darle mayor credibilidad a su mentira.
2. Sin abreviaciones
El mentiroso evita el uso de abreviaciones al hablar; dice “Yo-no-defraudé-jamás-a-la-República-Mexicana” En vez de: “No le robé a México”; o “Yo-nunca-he-tenido-relaciones-sexuales-con-la-señora-Luisa-Duarte-Obregón” en vez de “No tuve sexo con Luisa Duarte”. Es un intento del mentiroso de dejar absolutamente claro lo que quieren decir, pero vuelven su historia menos creíble.
3. Insusual lenguaje corporal
Los mentirosos suelen inquietarse, alejarse de la persona con la que están hablando, parpadear rápidamente, sonreír menos, y tener cambios en su tono normal de voz. Pueden cruzarse de brazos, lo que es un mensaje inconsciente de estar “cerrado”, de no permitir el paso de información. La inquietud puede ser excesiva, y reflejarse especialmente en una parte de su cuerpo, tocando en demasía partes de su cara, la oreja o la nariza, o bien con algún objeto, como las llaves.
4. Información no solicitada.
El mentiroso tiende a proporcionar información adicional que no le fue pedida. Eso es porque creen que embelleciendo la historia, ésta será más creíble; pero en realidad terminan haciendo la historia más complicada y menos creíble. Así, mientras más elaborada sea una historia, más probablemente ésta sea falsa.
5. A la defensiva.
Las personas que mienten tienden a ponerse a la defensiva; harán todo lo posible por alejar la atención de sí mismos, y se enojarán (o fingirán hacerlo) de que se cuestione su inocencia. Las personas que están diciendo la verdad tienden a tomar el camino contrario y pasan a la ofensiva. Esto será evidente cuando al tratar de tener una conversación con otra persona, ésta intente usar tácticas dilatorias, mediante preguntas como “¿De dónde sacaste esa información?” Para tratar de desviar la conversación, o hacer tiempo y armar una historia convincente.
6. Exagerar las minucias.
La persona que miente tiende a exagerar los detalles insignificantes, y a minimizar o de plano evitar los importantes. Los detalles exagerados proporcionan cierta confianza al mentiroso, pero en la persona que está escuchando surge la sensación de que algo está definitivamente mal. Aunque esto puede hacer la mentira más fácil de reconocer, anotando los detalles para después hacer preguntas sobre los detalles y ver si siguen siendo los mismos.
7. Los ojos
Cuando una persona está recordando algo, mueve los ojos hacia arriba y a la izquierda, (si es diestra). Si están creando, es decir, inventando una mentira, moverán sus ojos arriba y a la derecha. Los zurdos tienen movimientos similares, pero al revés. Los mentirosos además tienden a parpadear rápidamente cuando mienten, o a frotarse los ojos. Los párpados también se cierran un poco más que en un parpadeo normal cuando oye o ve algo que no le gusta. Todos esos movimientos indican una búsqueda inconsciente de bloquear la verdad.
8. Sudor.
Por los nervios, algunas personas sudan más cuando están mintiendo. Sin embargo, hay personas que simplemente por el calor o por su timidez sudan, aún cuando estén diciendo la verdad; y hay mentirosos tan acostumbrados a engañar, que no sudarán una sola gota.
9. Micro expresiones.
El verdadero aspecto de las expresiones de una persona se muestra rápidamente al inicio de la conversación. Al avanzar ésta, y cuando se tocan temas incómodos, surgirán brevísimos cambios en la expresión, que son muy reveladores: puede ser una media sonrisa que dura sólo un segundo, o una mirada de preocupación igual de breve. Estas son llamadas micro expresiones, y a menudo son captadas inconscientemente por la gente atenta, quienes entonces logran saber que se les está mintiendo, aunque no saben a ciencia cierta cómo lo supieron; y simplemente se lo atribuyen a “una corazonada”.
10. Pida que le repitan la historia.
Es una táctica de policía de TV, pero funciona: Pídale al mentiroso que repita su historia de nuevo; cuando se fabrica una historia puede ser muy difícil recordar con exactitud todos los detalles que se dieron la primera vez; mientras más contradicciones haya, mayor posibilidad de que se trate de una mentira. También es un gran indicio cuando la persona se muestra incómoda y preocupada por qué te va a decir cuando tenga que repetir su mentira.
En general, la mayoría de las veces es fácil saber cuando alguien te está mintiendo porque lo sientes, y sabes que la persona no es cien por ciento veraz. Si además comienzas a ver más de cerca el comportamiento y los movimientos de una persona, comenzarás a notar cosas con mucha más facilidad. Claro, los anteriores puntos sirven para la vida común; en el caso particular de los políticos, la detección de mentiras es aún más fácil: cuando un político abre la boca; no lo dudes: o va a comer, o va a decir una mentira.