Ayer, después de muchos años, volví a ver Contacto Sangriento (Bloodsport) de 1988, donde hace su aparición y se convierte en estrella Jean-Claude Van Damme. La ví por primera vez de niño un par de veces, y luego, ya pasados 20 años, la volví a ver. En términos generales, es una película genérica de artes marciales, con acción y sangre, que me causó la debida emoción al verla en ese entonces. Sólo que ahora hubo alguna diferencia... mucha, en realidad.
En primera, me dí cuenta de algo que entonces me pasó completamente desapercibido: Contacto Sangriento no es una película mala; es malísima. Jean-Claude Van Damme es un deplorable actor; y para empeorar, los actores de reparto, que deberían haber ofrecido algún soporte, también son pésimos. La historia es una especie de plagio y mezcla de Karate Kid, Bruce Lee, Rocky, y los 7 magníficos; aderezado todo con unos diálogos deplorables. La única área cinematográfica buena es la fotografía: muchas escenas son incluso hermosas, pero especialemente, se ve que se cuidó con todo detalle el lucimiento estético de Van Damme: se ve como un maldito dios griego.
Jean-Claude parece esculpído a mano, y luce bien casi de cualquier ángulo, en casi cualquier pose, y casi con cualquier ropa, aunque especialmente sin ella. Pero su capacidad actoral es, decíamos, inexistente. De hecho, la película tuvo un pobre desempeño en las taquillas; aunque de alguna siniestra manera, después se ha convertido en una película de culto en el mundillo de las artes marciales, y muchos -incluyéndome- disfrutamos de verla. Sí, a pesar de todo lo que dije antes de Contacto sangriento, es una película muy disfrutable y entretenida. ¿Cómo puede ser eso, si es tan mala? Sólo encuentro una explicación, y es un fenómeno que de vez en vez ocurre en el caprichoso mundo de los medios de comunicación: la película es tan mala tan mala, que es buena.
Este extraño fenómeno no es muy común, pero ocurre, generalmente de manera involuntaria: no hay productor o director que lo busque; simplemente ocurre. Le pasó a la mítica serie de televisión de los 60s Batman. La serie, hoy de culto, tiene una recargada estética pop, disfraces y actuaciones acartonadas de los protagonistas, mezcladas con ocasionales actuaciones buenas de los villanos. El guión es una serie de bromas malas y buenas, voluntarias e involuntarias, y situaciones inverosímiles, llenas de recomendaciones morales: como el capítulo donde Batman y robin, van a investigar a un malandrín a una discoteca; antes de entrar Batman le aconseja al joven maravilla: "cuidado, debemos pasar desapercibidos, Robin, así que trata de no llamar la atención" claro, llevan sus característicos disfraces de superhéroe de colores azul, verde, rojo y amarillo brillante . Se meten a la disco, se dirigen a la barra, y Batman le pide al cantinero: "Un vaso de leche, caballero".
La serie de televisión Batman tuvo éxito, llegando a generar la primera película del personaje. Pero aún en ese entonces ya era reconocido que era mala. El propio productor de la serie, interrogado por el secreto de la serie apesar de su calidad estrafalaria, llegó a decir: "Sí, lo sé, el programa es malo; pero ocurre que es tan malo, que es bueno".
Y algo parecido puede ocurrir con la belleza: los Rolling Stones alguna vez fueron jóvenes, y sus conciertos de llenaban de histéricas jovencitas que se desmayaban al verlos. Pero mientras que sus contemporáneos y eternos competidores, los Beatles, tenían entre sus filas rostros pasables y uno especialmente bonito, como Paul McCartney, los Rolling Stones son muy poco atractivos; incluso, el vocalista e imagen del grupo, Mick Jagger, es particularmente feo, podríamos decir horrible.
Sin embargo, a sus 70 años su historial de amantes hermosas es simplemente envidiable: Carla Bruni, la princesa Margarita de Inglaterra, Angelina Jolie, Farrah Fawcett, Uma Thurman, Tina Turner, y un largo etcétera. ¿Cómo lo hace, a pesar de su fealdad? Nunca sabremos qué se oculta en la esquiva mente femenina, pero la mejor razón la dió una adolescente entrevistada luego de un concierto; le preguntaron -¿Y porqué te gustan los Sones? ¿Sabes que son feos?-Bueno, sí, pero son tan feos, tan feos, que son bellos.
En primera, me dí cuenta de algo que entonces me pasó completamente desapercibido: Contacto Sangriento no es una película mala; es malísima. Jean-Claude Van Damme es un deplorable actor; y para empeorar, los actores de reparto, que deberían haber ofrecido algún soporte, también son pésimos. La historia es una especie de plagio y mezcla de Karate Kid, Bruce Lee, Rocky, y los 7 magníficos; aderezado todo con unos diálogos deplorables. La única área cinematográfica buena es la fotografía: muchas escenas son incluso hermosas, pero especialemente, se ve que se cuidó con todo detalle el lucimiento estético de Van Damme: se ve como un maldito dios griego.
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Jean-Claude Van Damme; hecho a mano... o a patadas. |
Jean-Claude parece esculpído a mano, y luce bien casi de cualquier ángulo, en casi cualquier pose, y casi con cualquier ropa, aunque especialmente sin ella. Pero su capacidad actoral es, decíamos, inexistente. De hecho, la película tuvo un pobre desempeño en las taquillas; aunque de alguna siniestra manera, después se ha convertido en una película de culto en el mundillo de las artes marciales, y muchos -incluyéndome- disfrutamos de verla. Sí, a pesar de todo lo que dije antes de Contacto sangriento, es una película muy disfrutable y entretenida. ¿Cómo puede ser eso, si es tan mala? Sólo encuentro una explicación, y es un fenómeno que de vez en vez ocurre en el caprichoso mundo de los medios de comunicación: la película es tan mala tan mala, que es buena.
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¿Ven cómo sí la fotografía de Contacto sangriento es bonita? |
Este extraño fenómeno no es muy común, pero ocurre, generalmente de manera involuntaria: no hay productor o director que lo busque; simplemente ocurre. Le pasó a la mítica serie de televisión de los 60s Batman. La serie, hoy de culto, tiene una recargada estética pop, disfraces y actuaciones acartonadas de los protagonistas, mezcladas con ocasionales actuaciones buenas de los villanos. El guión es una serie de bromas malas y buenas, voluntarias e involuntarias, y situaciones inverosímiles, llenas de recomendaciones morales: como el capítulo donde Batman y robin, van a investigar a un malandrín a una discoteca; antes de entrar Batman le aconseja al joven maravilla: "cuidado, debemos pasar desapercibidos, Robin, así que trata de no llamar la atención" claro, llevan sus característicos disfraces de superhéroe de colores azul, verde, rojo y amarillo brillante . Se meten a la disco, se dirigen a la barra, y Batman le pide al cantinero: "Un vaso de leche, caballero".
La serie de televisión Batman tuvo éxito, llegando a generar la primera película del personaje. Pero aún en ese entonces ya era reconocido que era mala. El propio productor de la serie, interrogado por el secreto de la serie apesar de su calidad estrafalaria, llegó a decir: "Sí, lo sé, el programa es malo; pero ocurre que es tan malo, que es bueno".
Y algo parecido puede ocurrir con la belleza: los Rolling Stones alguna vez fueron jóvenes, y sus conciertos de llenaban de histéricas jovencitas que se desmayaban al verlos. Pero mientras que sus contemporáneos y eternos competidores, los Beatles, tenían entre sus filas rostros pasables y uno especialmente bonito, como Paul McCartney, los Rolling Stones son muy poco atractivos; incluso, el vocalista e imagen del grupo, Mick Jagger, es particularmente feo, podríamos decir horrible.
Sin embargo, a sus 70 años su historial de amantes hermosas es simplemente envidiable: Carla Bruni, la princesa Margarita de Inglaterra, Angelina Jolie, Farrah Fawcett, Uma Thurman, Tina Turner, y un largo etcétera. ¿Cómo lo hace, a pesar de su fealdad? Nunca sabremos qué se oculta en la esquiva mente femenina, pero la mejor razón la dió una adolescente entrevistada luego de un concierto; le preguntaron -¿Y porqué te gustan los Sones? ¿Sabes que son feos?-Bueno, sí, pero son tan feos, tan feos, que son bellos.
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Mick Jagger y la princesa Margarita, cuando Jagger era joven y... bueno, era joven. |