Ser vegetariano es algo muy respetable, aunque frecuentemente también sus practicantes llegan a extremos de verdadero fanatismo religioso; y un fanático religioso es capaz de lo que sea, ya lo sabemos. En los viejos tiempos, los fanáticos intentaban magnicidios, como con Juan Pablo II; ahora, se contentan con hacer tronantes declaraciones, por muy extravagantes o francamente idiotas que puedan sonar; de hecho, mientras más extravagantes, mejor; como la reciente declaración del cantante inglés vegetariano Morrisey, quien dijo: "no veo diferencia entre comer carne y la pedofilia".
De hecho es tan idiota, que surge la duda: ¿En verdad Morrisey cree lo que está diciendo? ¿En verdad este cantante ochentero cree que no hay diferencia entre comer carne y la pedofilia? Bueno, hay dos posibilidades, la primera -y más aburrida- es que sea simple y ciego fanatismo, como el de los cristianos que creen que la homosexualidad es una diabólica enfermedad. En ese caso, no hay mucho que agregar, la mente fanática es inconmovible a la razón. La segunda posibilidad -y la más interesante-, es que en realidad Morrisey no crea lo que está diciendo; pero sabe que hacer una declaración extravagante llama la atención. Y en verdad funciona, pues para empezar no estaríamos hablando de esto si Morrisey simplemente hubiera declarado: "Comer carne es malo".
La táctica de la declaración extravagante, claro, fue inventada mucho antes, e incluso parece ser una vieja tradición inglesa: en la época isabelina, los puritanos exigían que se clausuraran todos los teatros, especialmente los más famosos y populares, como The Globe, donde representaba sus obras Shakespeare.
Los fanáticos puritanos hacían de todo: manifestaciones, oración, huelgas, peticiones formales al parlamento; y nada parecía funcionar. De hecho, no lo lograron. Fueron expulsados a Estados Unidos y nunca vieron clausurados los "centros de corrupción" llamados teatros. Pero, en cambio, dejaron una memorable y extravagante -y por eso memorable- frase de campaña: "Los teatros son igual de inmorales que los espectáculos de lucha de osos". ¿Otra astuta frase extravagante para llamar la atención? Creo que no; fue suerte:
La Lucha de osos, Bear-Baiting, u Hostigamiento de Osos, es un espectáculo en el que se mete al fondo de un foso a un oso encadenado del cuello o pata, y se sueltan jaurías de perros para que lo ataquen. Conforme los perros mueren o son gravemente heridos, son substituídos por otros. Hay variantes en las que se pone a pelear al oso con toros, leones u otros osos, pero la forma tradicional, es con perros, y fue un espectáculo muy popular en Inglaterra hasta el siglo XIX.
Para no variar, los puritanos también se oponían a este espectáculo, y como con el teatro, exigían su suspensión. ¿Pero qué tienen en común Shakespeare, los puritanos y las peleas de osos? Bueno, a los puritanos nada les importaba la crueldad contra los animales ni mucho menos; lo que les indignaba es que tanto el teatro como las peleas de osos se realizaban en domingo, día sagrado para ellos, y que dabía ser únicamente consagrado a la oración. Pero sucedió que la reina Isabel era gran aficionada tanto al teatro como a las peleas de osos, por lo cual, nunca escuchó las protestas puritanas.
Vemos que no hubo astucia literaria ni mucho menos en la frase "Los teatros son igual de inmorales que los espectáculos de lucha de osos"; para los puritanos era literal: ambos espectáculos se verificaban en domingo. Qué decepción.
Y eso nos lleva de vuelta a los pedófilos y los vegetarianos. Al final, conociendo a los fanáticos como los conozco, creo que la frase "no veo diferencia entre comer carne y la pedofilia" tampoco fue hecha con astucia, sino más bien con una enorme suerte. Suerte inglesa. Fucking Bastards.
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El PedoBear está de acuerdo. |
De hecho es tan idiota, que surge la duda: ¿En verdad Morrisey cree lo que está diciendo? ¿En verdad este cantante ochentero cree que no hay diferencia entre comer carne y la pedofilia? Bueno, hay dos posibilidades, la primera -y más aburrida- es que sea simple y ciego fanatismo, como el de los cristianos que creen que la homosexualidad es una diabólica enfermedad. En ese caso, no hay mucho que agregar, la mente fanática es inconmovible a la razón. La segunda posibilidad -y la más interesante-, es que en realidad Morrisey no crea lo que está diciendo; pero sabe que hacer una declaración extravagante llama la atención. Y en verdad funciona, pues para empezar no estaríamos hablando de esto si Morrisey simplemente hubiera declarado: "Comer carne es malo".
La táctica de la declaración extravagante, claro, fue inventada mucho antes, e incluso parece ser una vieja tradición inglesa: en la época isabelina, los puritanos exigían que se clausuraran todos los teatros, especialmente los más famosos y populares, como The Globe, donde representaba sus obras Shakespeare.
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Teatro inglés The Globe |
Los fanáticos puritanos hacían de todo: manifestaciones, oración, huelgas, peticiones formales al parlamento; y nada parecía funcionar. De hecho, no lo lograron. Fueron expulsados a Estados Unidos y nunca vieron clausurados los "centros de corrupción" llamados teatros. Pero, en cambio, dejaron una memorable y extravagante -y por eso memorable- frase de campaña: "Los teatros son igual de inmorales que los espectáculos de lucha de osos". ¿Otra astuta frase extravagante para llamar la atención? Creo que no; fue suerte:
La Lucha de osos, Bear-Baiting, u Hostigamiento de Osos, es un espectáculo en el que se mete al fondo de un foso a un oso encadenado del cuello o pata, y se sueltan jaurías de perros para que lo ataquen. Conforme los perros mueren o son gravemente heridos, son substituídos por otros. Hay variantes en las que se pone a pelear al oso con toros, leones u otros osos, pero la forma tradicional, es con perros, y fue un espectáculo muy popular en Inglaterra hasta el siglo XIX.
Para no variar, los puritanos también se oponían a este espectáculo, y como con el teatro, exigían su suspensión. ¿Pero qué tienen en común Shakespeare, los puritanos y las peleas de osos? Bueno, a los puritanos nada les importaba la crueldad contra los animales ni mucho menos; lo que les indignaba es que tanto el teatro como las peleas de osos se realizaban en domingo, día sagrado para ellos, y que dabía ser únicamente consagrado a la oración. Pero sucedió que la reina Isabel era gran aficionada tanto al teatro como a las peleas de osos, por lo cual, nunca escuchó las protestas puritanas.
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Isabel I rumbo al teatro... o a una pelea de osos. |
Vemos que no hubo astucia literaria ni mucho menos en la frase "Los teatros son igual de inmorales que los espectáculos de lucha de osos"; para los puritanos era literal: ambos espectáculos se verificaban en domingo. Qué decepción.
Y eso nos lleva de vuelta a los pedófilos y los vegetarianos. Al final, conociendo a los fanáticos como los conozco, creo que la frase "no veo diferencia entre comer carne y la pedofilia" tampoco fue hecha con astucia, sino más bien con una enorme suerte. Suerte inglesa. Fucking Bastards.