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14 mitos y verdades de la Virgen de Guadalupe

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Cada 12 de diciembre, en todo el mundo, especialmente en América, y particularmente en México, se realiza la fiesta de la Virgen de Guadalupe. Es una de las únicas tres apariciones de la Virgen oficialmente reconocidas por la autoridad vaticana, y la de Guadalupe es la advocación de la Virgen más venerada en todo el mundo. La parte central del culto a la Virgen de Guadalupe es una imagen que se considera milagrosamente plasmada en un ayate o tilma (capa indígena), y cuyo origen está contado en una leyenda.




Rápidamente, para quien no conozca la leyenda de la Virgen de Gudalupe, es ésta:

Poco después de la conquista, en 1531, una hermosa joven se le apareció a un indio llamado Juan Diego, el cual cruzaba el cerro del Tepeyac rumbo al catecismo. La joven resultó ser La Virgen, la madre de Jesús, la cual le dió un mensaje a Juan Diego para el obispo Zumárraga: quería que se le construyeran un templo en ese cerro.

Juan Diego, obediente, le transmitió el mensaje al obispo, el cual, no le creyó. Entonces regresó donde la Virgen, y le pidió que mandara otro mensajero, pues a él no le creían; pero la Virgen insistió a Juan Diego que regresara el domingo con el obispo. El indio lo hizo, y esta vez, Zumárraga le pidió a Juan Diego una señal para poder creer que en verdad lo mandaba la Virgen; éste regresó al Tepeyac con la contestación del obispo; a su vez, la Virgen le pidió a Juan Diego que volviera el lunes por las señales que pedía.  
Pero llegado el lunes el tío de Juan Diego, Bernardino, amaneció muy enfermo, por lo que el indio fue a la ciudad por un doctor, sólo que en vez de subir el cerro como siempre, para evitar a la virgen rodeó por abajo. Aún así se le apareció de nuevo la Virgen al nervioso Juan Diego; luego de asegurarle ésta que su tío ya estaba bien, le mandó a la parte superior del cerro a recoger las pruebas. Juan Diego subió, y se encontró con que habían florecido rosas de Castilla en el lugar; cosa milagrosa toda vez que jamás se dan ni en esa época del año, ni en esa árida tierra. Juan Diego recogió las más que pudo, y envolviéndolas en su ayate se apersonó con el obispo. Al mostrárselas, desenvolvió la tilma, y además de las milagrosas rosas, en la tilma apareció una aún más milagrosa imagen de la Virgen, que fue llamada de Guadalupe. Evidentemente, el templo a la virgen fue construído en el cerro del Tepeyac, convirtiéndose en lugar de peregrinación.

Cabe decir que la leyenda, la existencia misma de Juan Diego, y especialmente el ayate donde está la imagen, han sido objeto de investigación científica buscando probar tanto la veracidad como la falsedad de la leyenda guadalupana.


Entonces ¿Es verdad la historia de la Virgen de Guadalupe? Este artículo no intenta demostrar o negar la existencia de la Virgen de Guadalupe, o de ninguna otra virgen; únicamente precisar los mitos y las verdades que se han creado alrededor de el culto de la Virgen de Guadalupe.

Mitos y verdades de la Virgen de Guadalupe

Se dice:
Un ayate de 500 años es milagrosamente resistente
Cierto
Los ayates indígenas son una especie de capa, hecha de fibras de maguey (¿de qué otra cosa?) maceradas, llamadas ixtle. El ixtle, al ser tan orgánico, en realidad tiene una vida muy corta, del orden de los 10 ó 20 años; siendo extremadamente raro que supere los 30. Sin embargo, el hecho de que un ayate de ixtle llegue a los 500 años, es verdaderamente milagroso, y no tiene explicación.




Se dice:
No hay brochazos en la imagen
Cierto
La imagen de la Virgen de Guadalupe no tiene un solo rastro de pinceladas o brochazos; adicionalmente, la tela no tiene imprimación alguna (base pictórica de preparación), por lo que no fué realizada ni al óleo ni al temple.



Se dice:
Las estrellas visibles en el manto de María reflejan la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo la estampación.

Cierto
Astrónomos como el el Dr. Juan Homero Hernández Illescas, concuerdan que la disposición de las estrellas del manto de la virgen representan las constelaciones sobre Méxicoel 12 de diciembre de 1531, sólo que al revés, como vistas desde arriba.



Se dice:
El santuario mariano más visitado del mundo es el de la Virgen de Guadalupe

cierto.
Y no sólo eso, la Basílica de Guadalupe es ya, con 20 millones de visitantes, el santuario más visitado en el mundo, por sobre el Vaticano.



Se dice:
A inicios del siglo XX, un hombre escondió una bomba de alto poder entre un arreglo floral, en cual colocó a los pies de la tilma. La explosión destruyó todo el alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación.

Cierto
El 14 de noviembre de 1921, en plena cruzada anticlerical del gobierno, la imagen sufrió un atentado: "cuando una bomba fue detonada en la misma Basílica de Guadalupe; Luciano Pérez Carpio, empleado de la Secretaría Particular de la Presidencia, protegido por soldados disfrazados de civiles, fue quien puso la bomba a los pies de la Imagen de la Virgen de Guadalupe, la explosión fue de tal magnitud que se escuchó en un radio de un kilómetro a la redonda; a Imagen de la Virgen de Guadalupe no le pasó absolutamente nada, no así a los candelabros y al crucifijo de bronce que estaban en el altar, los cuales quedaron doblados por el impacto."

Foto de la Cruz que protegió a la virgen 


Se dice:
La ciencia descubrió que los ojos de María poseen los tres efectos de refracción de la imagen de un ojo vivo.

Cierto
En los ojos de la imagen existen los reflejos de lo que parecen ser personas.



Se dice:
La Virgen de Guadalupe es de origen Mexicano

Falso
El ícono que hoy se venera como la virgen de Guadalupe es copia de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España, que es una virgen negra-morena, por ser de origen árabe. Las imágenes y el culto de la Virgen de Guadalupe española son muy anteriores a la imagen mexicana; y de hecho tanto Hernán Cortés, que llevaba una imagen de ella consigo, como Cristóbal Colón, que bautizó como Guadalupe a la isla que descubrió en su segundo viaje, eran devotos de ella.

A la derecha, la virgen del Coro de Extramadura
(por lo menos 50 años anterior a las apariciones del Tepeyac) 


Se dice:
La leyenda de las apariciones de la virgen a Juan Diego son completamente originales.

Falso
La imagen de la Virgen de Guadalupe de Extremadura explica su origen con la siguiente leyenda:
La imagen fue un regalo del papa Gregorio Magno a el obispo de Sevilla. Al darse la conquista musulmana, éste enterró la imagen en la vera de un río, el Guadalupe, y escapó. 600 largos años después, los cristianos iban reconquistando España; y en 1326 un humilde pastor, llamado Gil Cordero, perdió una vaca, pero se encontró con una resplandesciente joven, que le pidió que cavara en la orilla del río, y le dijo: “Todo lo que quiero, es un templo, aquí”. Gil cavó, y se encontró con la imagen que todavía hoy se venera en Extramadura. Como vemos, la virgen de Guadalupe de Extremadura se convirtió en la Virgen de moda, signo de la reconquista y de la evangelización... todo esto, 200 años antes de las apariciones del Tepeyac.

La milagrosa imagen de la virgen morena
encontrada en el río Guadalupe, sin vestir. 

La misma imagen, tal y como se venera
hoy en Extremadura, ya vestida. 



Se dice:
Al no tener pinceladas ni preparación, sólo un milagro explica la imagen de la virgen de Guadalupe

Falso
El 1982, el abad de la basílica, Guillermo Schulenburg, ordenó que un equipo de científicos investigara la imagen; el restaurador José Sol Rosales determinó que la imagen fue realizada con una variante de la técnica hoy conocida como Template Painting, o pintura de plantilla, es decir, se usan plantillas sobre las que se rocía la pintura atomizada con una caña o popote; de manera parecida al aerógrafo o la pintura en spray. La obra fue hecha por el artista indígena Marcos Cipac de Aquino, a pedido del segundo arzobispo de México, Alonso de Montúfar; segun afirma el libro “La búsqueda de Juan Diego”, del Sacerdote católico Manuel Olimón Nolasco.
Pintura con aerógrafo o spray 


Se dice:
Es milagroso que una imagen tan detallada se haya podido fijar en una superficie tan basta o rugosa como el Ixtle.

Cierto
Una imagen tan detallada como la de la Virgen de Guadalupe no podría ser plasmada de ningún modo en el ixtle, cuyo tejido es demasiado separado... pero la famosa tilma de Juan Diego, donde está la imagen de la Virgen de Guadalupe no es de ixtle, sino de algodón crudo, como demostró en 1982 el equipo de restauradores que investigaron la ayate; lo cual de paso explica su resistencia al tiempo. (Si, arriba dijimos que un ayate de ixtle de 500 años es milagroso... si existiera; pero el ayate de la Virgen no es de ixtle, sino algodón)

ixtle. Excesivamente abierto como para pintar en él. 
Algodón crudo. Más apropiado para pintar.   

Imagen original de la Virgen de Guadalupe
¿A cuál se parece más? 




Se dice:
El obispo Fray Juan de Zumárraga, ante quien apareció la imagen milgrosa, de inmediato creyó en ella, y mandó hacer el templo que la virgen solicitaba.

Falso:
Del primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, se conserva diarios, cartas y muchos textos... y jamás menciona, en ninguno, un acontecimiento tan evidentemente importante como sería la aparición milagrosa de la Virgen. De hecho, lo que sí escribió fue: “¿Porqué ya no suceden milagros? Ya no quiere el redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester; pues esta nueva santa fe tan fundada por tantos millares de milagros como tenemos en los dos testamentos, lo que pide y quiere es vidas milagrosas”.


Se dice:
La imagen de la Virgen de Guadalupe de inmediato congregó a todos y atrajo la fé.

Falso
Durante más de 100 años, a la imagen se le trató simplemente como una pintura, y no como objeto milagroso. Incluso, muchos religiosos se oponían a su culto: Francisco de Bustamante, provincial de los franciscanos en el siglo XVI, en un sermón pronunciado el 8 de septiembre de 1556, en la catedral metropolitana, dijo: “La devoción que esta ciudad ha formado en una ermita y casa de Nuestra Señora, que han intitulado de Guadalupe, es en gran perjuicio de los naturales porque les da a entender que hace milagros aquella imagen que pintó el indio Marcos”. Bustamante argumentó que la devoción guadalupana era contraria a las prédicas de los frailes evangelizadores y criticó la actitud del segundo arzobispo de México, Alonso de Montúfar, por promover el culto a la imagen y decir que realizaba milagros. Montúfar instruyó un juicio a Bustamante, pero ninguno de los dos hablaron de las apariciones ni mencionaron el nombre de Juan Diego.

Juan Diego 

Fray Bernardino de Sahagún, que era historiador, antropólogo y lingüista dejó mención de que se le rendía culto, en una colina, a una imagen que suponía, formaba parte de la devoción a la diosa Tonatzin Cihuacóatl (“nuestra señora venerada madre la mujer serpiente”). Condenó lo que calificó de idolatría, pero de las apariciones y Juan Diego nunca escribió una palabra.

 Juan Diego  
Más adelante, en el siglo XIX, por petición del entonces arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, el historiador Joaquín García Icazbalceta hizo un estudio sobre las apariciones. Católico ferviente, García Icazbalceta lamentó que el hecho guadalupano no fuera cierto y concluyó su carta al arzobispo de esta manera: “De todo corazón quisiera yo que un milagro tan honorífico para nuestra patria fuera cierto, pero no lo encuentro así, y si estamos obligados a creer y pregonar los milagros verdaderos, también nos está prohibido divulgar y sostener los falsos”.

Se dice:
Juan Diego era un indio devoto, perteneciente a la etnia texcocana (los que apoyaron la conquista) muy devoto.

Falso
Como ya dijimos antes, ningún historiador o escritor en 100 años luego de las apariciones menciona a Juan Diego; a pesar de ya ahber estado bautizado, no existe fe de bautismo ni un solo documento que lo mencione. De hecho, el que se pretendiera no sólo dar por cierta la existencia, sino incluso beatificar a Juan Diego fué la principal razón por la que el abad de la basílica de Guadalupe durante 30 años, Guillermo Schulenburg, renunciara; él siempre dijo que Juan Diego nunca existíó.



Se dice:
Aunque no sean todos católicos, todos los mexicanos son guadalupanos

Cierto y falso.
Ciertamente, es innegable la gran cantidad de devotos que tiene la virgen de Guadalupe en México; y que en buena parte de la historia nacional, se ha hallado involucrada: ayudando en la conquista, y ayudando en la independencia, y siendo un factor de identidad durante el siglo XIX. Es todavía hoy, el único tema intocable en los medios masivos de comunicación; y sucita tal respeto, que en aquellas calles o lotes baldíos donde la gente insiste en tirar basura y ensuciar, a pesar de los letreros con súplicas o amenzas, el único y efectivo remedio es a menudo colocar una pequeña capillita ó la imagen de la virgen en el lugar. Santo remedio, nadie tira más basura. En los sentidos anteriores, es cierto; todos los mexicanos son guadalupanos.


Pero por otro lado, hay cada vez más mexicanos protestantes, confesamente ateos, o incluso católicos, que abiertamente se deslindan de la devoción a la virgen; en ese sentido: no, no todos los mexicanos son guadalupanos.

Subida al santuario de la Virgen de Guadalupe
del cerro del Tepeyac; en el camino,
varias estatuas representan las 4 apariciones de la Virgen. 





Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Señora_de_Guadalupe_(México)
http://cofrades.pasionensevilla.tv/profiles/blogs/kkhkhj

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